XXI Seminario de la Farmacéutica Lundbeck

El trauma infantil multiplica por cuatro la posibilidad de padecer una depresión en la edad adulta

Lundbeck
Momento de presentación del seminario.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • SITGES (BARCELONA)
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Fact checked

×

Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.

La depresión es una enfermedad del cerebro de origen multisectorial. La prevalencia de trastornos por uso de sustancias en personas con esta patología se sitúa en el 25%. La mayor comorbilidad se da con el alcohol, y la soledad aumenta hasta cinco veces las probabilidades de sufrirla, pero es también el principal factor modificable. Pero una de las preguntas más destacadas es si determinados rasgos de la personalidad se asocian con mayor predisposición a la depresión. En este sentido, el jefe de sección de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, José Manuel Montes, ha explicado que «el principal factor biológico implicado en la depresión es la predisposición genética», pero que no es, necesariamente, «determinante para su desarrollo».

En cuanto a heredar la patología tras la edad infantil, la doctora en Medicina Familiar y Comunitaria, Alba Babot, señaló que «el trauma infantil multiplica por cuatro la posibilidad de padecer una depresión en la edad adulta. Las experiencias vividas en la primera infancia modulan de forma significativa la manera de relacionarse con el mundo con más edad».

Así, el especialista José Manuel Montes, ha destacado que «las alteraciones hormonales, la más frecuente la del cortisol, que media las reacciones del organismo hacia el estrés, o las fluctuaciones en las hormonas sexuales en períodos clave de la vida reproductiva de la mujer, así como la inflamación, entre otros factores biológicos», explicó Montes.

La dimensión de la depresión, ¿nace o se hace?, se ha basado el XXI Seminario de la Farmacéutica Lundbeck, especialista en enfermedades del cerebro y que se llevó a cabo en la ciudad de Sitges, en Barcelona, y que fue abierta por Eva Perea, directora de Lundbeck Iberia.

Para el doctor, la depresión afecta más a mujeres que a hombres en todo el rango de edades, «es ahora mismo la primera enfermedad que provoca discapacidad laboral y se convertirá en la primera causa de carga de enfermedad en el mundo», afirmó.

En este punto, hay que recordar que, entre el 8 y el 12 por ciento de la población padece depresión, siendo más común en mujeres que en hombres. De hecho, la diferencia entre géneros es importante, ya que la prevalencia es el doble en la mujer: el 12% de las mujeres tiene depresión a lo largo de la vida, y en hombres el porcentaje desciende al 6%.

Depresión desde la edad infantil

La especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, Alba Babot, señaló que «problemas psicosociales relacionados con la depresión que con mayor frecuencia encontramos en atención primaria están relacionados con la depresión social y económica dentro del ámbito laboral, el trabajo de los cuidados y problemas dentro del ámbito de la pareja». Por otra parte, definió a «personalidades neuróticas, desconfiadas e introvertidas, con tendencia a la mala gestión de conflictos», como principales tendencias a generar la depresión. La doctora incidió en el tratamiento precoz como una respuesta a evitar esta patología durante su intervención en el XXI Seminario de Lundbeck.

Y es que las experiencias vividas en la primera infancia modulan de forma significativa la manera de relacionarse con el mundo en la edad adulta. También se refirió a que los traumas infantiles multiplica por cuatro la posibilidad de generar una depresión en la edad adulta. «En términos de riesgo de desarrollo de depresión, serían traumas como el abandono de un progenitor por separación, muerte o bajos cuidados y los abusos sexuales y psíquicos los que influyen en mayor medida», admite la doctora. De esta forma, el abuso infantil predice peores resultados, incluida la depresión de inicio más temprano, mayor riesgo de depresión recurrente, curso más grave de la enfermedad y mayor cronicidad.

Por otra parte, el 20% de las personas mayores de 60 años padece algún trastorno mental o neurológico, y algunos de los mencionados rasgos de personalidad están relacionados con ello, en concreto con la demencia y la depresión. El deterioro cognitivo y los trastornos depresivos están asociados a unos rasgos de personalidad comunes: neuroticismo e introversión. Además, el predictor más consistente del desarrollo de depresión en la vejez, su curso y respuesta al tratamiento es un mayor neuroticismo.

Depresión y consumo de sustancias

El doctor, Adrián Neyra, psiquiatra del Programa de Patología Dual y Psicosis del Hospital de Gran Canaria, destacó que la prevalencia de trastornos por uso de sustancias en personas con depresión se sitúa en el 25%. La mayor comorbilidad se da con el alcohol con un 20%, seguida de los opiáceos un 11% y el cannabis un 11,7%. «Ambas enfermedades están íntimamente relacionadas, ya que, en general, el riesgo de padecer una adicción se multiplica por dos si se tiene depresión, y al revés, si se sufre un trastorno adictivo, el riesgo de padecer depresión se duplica».

«Las personas con depresión se mantienen con más consumo que aquellas sin depresión. A su vez, el consumo de sustancias como el alcohol aumentan los síntomas de depresión y la posibilidad de suicidio. También es preocupante el alto nivel de personas adictas a opiáceos que sufren depresión, ya que esta sustancia es la más habitual en muertes por sobredosis, tanto accidentales como suicidas», explica el doctor y profesor asociado en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

El consumo de cannabis en adolescencia multiplica por 9 la posibilidad de desarrollar psicosis. Sin embargo, en un estudio donde se evaluó el consumo de cien personas adictas a esta droga durante un año, sólo un 9% se volvió adictivo, frente a un 60% que lo hacen con el tabaco o un 20% del alcohol.

Una forma de abordar la depresión es hacerlo al mismo tiempo en la adicción en aquellas personas que padecen estas enfermedades de manera dual. Esta integración ya se está llevando a cabo en comunidades como Madrid o Navarra.

Lo último en OkSalud

Últimas noticias